El hombre que diseña las cervezas del futuro para Heineken: “Combinar lo nuevo con lo tradicional es la clave”

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Cuando Gerard Adriaan Heineken fundaba, a finales de 1864, la cervecera que lleva su nombre era imposible imaginar el alcance que esta compañía tendría en sus ya 161 años de existencia. El bueno de Gerard apenas tenía 22 años cuando adquirió una pequeña cervecera local (El Pajar), pero supo ver cuál sería el elemento diferencial para su expansión por todo el mundo: la calidad y consistencia de sus productos.

Para ello necesitaba a la ciencia de su lado, y Heineken empezó a contratar expertos en microbiología para mejorar el proceso de fermentación. Algunos eran alumnos del mismísimo Louis Pasteur. Uno de ellos -Hartog Elion- logró aislar una cepa de levadura específica que se convirtió en la base de la actual cerveza Heineken. Luego, el hijo de Gerard, Henry Pierre Heineken, doctor en Química, llevó a su máxima expresión el propósito científico de esta compañía.

Hagamos un enorme salto en el tiempo hasta nuestros días. Y así comprobaremos que muchos de estos principios siguen vigentes, aunque ahora el nombre de quien encarna esta misión sea distinto. Hubert te Braake es el actual director global de Innovación e Investigación de Heineken y orgulloso discípulo de los dos padres fundadores…

“En aquella época, entender la importancia de la higiene y los microorganismos era revolucionario. Nuestro fundador fue uno de los primeros en adoptar estas nuevas tecnologías”, explica te Braake, en entrevista con DISRUPTORES – EL ESPAÑOL. “Esa mentalidad científica, que se materializó con la creación de uno de los primeros laboratorios en una cervecera en 1873, fue la que permitió que algunos cerveceros prosperaran mientras otros que se aferraron a métodos tradicionales quedaron atrás. La innovación siempre ha sido crucial para nosotros”.

Hoy, la estrategia de investigación y desarrollo de Heineken se organiza en torno a tres pilares principales: el desarrollo de nuevos productos, la sostenibilidad y la comprensión del consumidor. “Por un lado, buscamos entender profundamente lo que quieren los consumidores, desde el sabor hasta productos que encajen en estilos de vida más saludables. Por otro, estamos comprometidos con la sostenibilidad, tanto en la adopción de energías limpias como en la mejora de la eficiencia energética de nuestros procesos”, adelanta.

Y dice más: “Estamos replanteando el proceso de elaboración no solo desde el punto de vista técnico, sino también desde el impacto que tiene en la vida de nuestros consumidores. La innovación está en el ADN de esta compañía desde su fundación y sigue siendo nuestra guía hacia el futuro”.

45 millones en un nuevo centro de I+D

No son sólo palabras bonitas o discursos de cara a la galería. Antes de acabar el pasado curso, Heineken anunció la construcción del flamante Centro de Investigación y Desarrollo “Dr. Henry Pierre Heineken” en Zoeterwoude, Países Bajos. Un espacio de 8.800 metros cuadrados, que abrirá a mediados de 2025 y empleará a 75 profesionales de 12 nacionalidades.

El centro, que trae aparejada una inversión de 45 millones de euros, se aprovechará además de la cercanía con la Universidad Tecnológica de Delft y se enfocará en mejorar procesos y desarrollar nuevos productos para marcas como la propia Heineken, Desperados y Amstel.

“Este nuevo centro nos permitirá acelerar la innovación al combinar el desarrollo de productos, la investigación científica y la optimización de procesos bajo un mismo techo. Por ejemplo, queremos asegurarnos de que la experiencia de consumir cerveza 0.0 en bares y restaurantes sea impecable, tanto en sabor como en calidad. Esto es especialmente importante en España, donde ya estamos probando sistemas de grifo avanzados que garantizan cervezas sin alcohol verdaderamente 0.0, sin ninguna traza. Es un gran desafío técnico, pero estamos liderando este esfuerzo con resultados muy prometedores”, explica te Braake.

Hubert te Braake, director global de Innovación e Investigación de Heineken.

Además, el nuevo ‘hub’ de innovación se centrará en el desarrollo de nuevas levaduras y microbiología, en colaboración con los otros centros de la enseña en México y Sudáfrica.

“En México, trabajamos con universidades locales para comprender mejor qué características de las levaduras podemos usar no solo para la cerveza, sino también para productos 0.0 y más allá de la cerveza. Esto es especialmente relevante desde que adquirimos Distell en Sudáfrica, lo que nos brinda una gran experiencia en bebidas alternativas.”

Como telón de fondo, Heineken está apostando por diversificar su oferta de productos para adaptarse a las nuevas demandas de los consumidores, especialmente en categorías como cervezas sin alcohol y opciones más saludables.

“Una de las direcciones en las que estamos avanzando es ampliar nuestra gama de cervezas para cubrir todas las necesidades de los consumidores. Por ejemplo, en la categoría de cervezas alcohólicas, todavía tenemos margen para innovar en estilos como stouts, triples y otras variedades que aún no hemos explorado por completo“, comenta el directivo.

En el ámbito de productos relacionados con la salud, Heineken busca responder a una creciente preocupación por el bienestar sin comprometer la calidad. “No hablamos solo de reducir el contenido de alcohol, sino de desarrollar productos con menos calorías y menos carbohidratos. Estas opciones más saludables serán un área importante de desarrollo en los próximos años”, adelanta Hubert te Braake.

Otro pilar destacado es la mejora continua en la calidad de las cervezas sin alcohol, particularmente en barril. En sus palabras: “Queremos asegurarnos de que la experiencia de consumir cerveza 0.0 en bares y restaurantes sea impecable, tanto en sabor como en calidad. Esto es especialmente importante en España, donde ya estamos probando sistemas de grifo avanzados que garantizan cervezas sin alcohol verdaderamente 0.0, sin ninguna traza. Es un gran desafío técnico, pero estamos liderando este esfuerzo con resultados muy prometedores”.

El compromiso de Heineken con la sostenibilidad también se refleja en su relación con la agricultura local. “En ciertas áreas del mundo, como Nueva Zelanda, trabajamos con agricultores locales para asegurarnos de que puedan cultivar cebada. Es un cultivo muy resistente, que requiere muy poco fertilizante y es beneficioso para el medioambiente. Además, nos comprometemos a usar esa cebada localmente en nuestras cervecerías, fomentando una economía más circular”, afirma te Braake.

Cerveza con inteligencia artificial

La inteligencia artificial (IA) está irrumpiendo en todos los sectores, y la industria cervecera no es la excepción. Hubert te Braake así lo entiende, aunque admite un cierto sesgo en base a su propia experiencia académica en la década de 1990.

En los años 90, cuando hacía mi doctorado en redes neuronales, los fundamentos teóricos ya estaban ahí. Lo que limitaba el avance era la capacidad de cómputo. Hoy, con el poder de procesamiento que tenemos, podemos hacer cosas que eran impensables en aquel entonces. La teoría básica sigue siendo la misma, pero el progreso que hemos logrado es espectacular”, indica a este periodista.

En Heineken, la IA se utiliza para optimizar el desarrollo de productos, mejorando recetas y creando modelos que ayuden a predecir el impacto de cambios en los procesos. “Uno de los proyectos en los que trabajamos es cómo optimizar nuestras recetas usando modelos matemáticos avanzados. Aunque esto puede parecer más ‘old-fashioned’ en comparación con las tendencias actuales de IA, es extremadamente preciso y nos permite garantizar la calidad y consistencia de nuestros productos”, explica.

Imagen de recurso de una planta de protección de Heineken.

Para Heineken, la clave está en combinar lo mejor de la tecnología moderna con los fundamentos tradicionales de la elaboración de cerveza.

“Aunque la inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes nos ayudan a innovar, el núcleo de lo que hacemos sigue siendo el mismo: un proceso natural, el proceso de elaboración y fermentación, que se perfecciona con precisión y cuidado. Es un equilibrio entre lo nuevo y lo tradicional, y eso es lo que garantiza que nuestros productos sigan siendo apreciados por los consumidores“, concluye.

Enfoque multidisciplinar y con visión global

Los ingredientes de la cerveza son sencillos y bien conocidos (agua, malta, lúpulo y levadura), pero combinarlos de la forma precisa es harto complicado. Lo mismo sucede con la receta de la innovación: sabemos que requiere de multidisciplinariedad, pero casi nadie predica con el ejemplo.

Hubert te Braake pretende ser la excepción. Su nuevo centro de I+D está diseñado para reunir a expertos de disciplinas tan diversas como microbiología, modelado matemático, ciencia del consumidor y análisis de sabores, permitiendo que el trabajo colaborativo sea el motor de la innovación.

“En nuestro centro contamos con áreas clave de competencia. Una de ellas, por supuesto, es microbiología, fermentación y levaduras, donde desarrollamos ideas que van desde mejorar los procesos de malteado hasta optimizar las conversiones genéticas en la producción. También tenemos un equipo especializado en modelado matemático, que nos ayuda a entender y simular los procesos de producción de manera más precisa“, explica te Braake. Además, destaca la importancia de la tecnología cervecera, donde “exploramos cómo extraer azúcares y compuestos específicos de los ingredientes, optimizando procesos y mejorando la eficiencia enzimática”.

Como decíamos, el enfoque multidisciplinario de Heineken también incluye un equipo especializado en ciencia del consumidor. “No sólo se trata de cómo sabe un producto, sino de cómo luce, cómo se siente e incluso cómo se percibe en el punto de venta. Este equipo estudia todos los aspectos sensoriales para entender qué es lo que realmente gusta a los consumidores”, señala. Además, el análisis de sabores juega un papel esencial. “Contamos con equipos avanzados que nos permiten medir moléculas específicas y entender cómo interactúan entre sí en un producto“.

Expertos con enfoques muy diversos, pero que han de trabajar juntos: “Hace cinco años trabajábamos en silos, pero nos dimos cuenta de que no era eficiente. Ahora, siempre involucramos a personas de todas las áreas en los proyectos desde el principio. Ahí es donde ocurre la magia”, presume el directivo.

Además, Heineken asegura la conexión local en cada proyecto: “Siempre involucramos a maestros cerveceros y expertos locales, porque nuestros productos son naturales y dependen de las condiciones específicas de una zona, desde la cervecería hasta los consumidores. Lo que funciona en Asia puede no ser relevante en España, así que nos aseguramos de que cada innovación esté alineada con las necesidades específicas del mercado. Si no conectamos con las realidades del mercado, nuestras innovaciones simplemente no tendrían sentido“.

España, en conexión con Zoeterwoude

DISRUPTORES – EL ESPAÑOL pregunta claramente si Heineken planea abrir un centro de investigación y desarrollo en España, extremo que descarta Hubert te Braake. Eso sin desmerecer la importancia estratégica de nuestro país dentro de la red global de la compañía. Simplemente, la compañía está “muy enfocada en nuestro nuevo centro global de I+D, diseñado para abordar los mayores desafíos y apoyar a todas nuestras operaciones en el mundo, incluida España“, explica.

Aunque no disponga de un ‘hub’ propio, España cuenta con una infraestructura destacada de I+D dentro del grupo, con plantas piloto, cervecerías y maestros cerveceros altamente capacitados que son esenciales para el desarrollo de productos.

“Muchos proyectos comienzan con necesidades detectadas localmente, que luego se transforman en soluciones globales”, concluye te Braake. “Pero necesitamos agrupar recursos en centros regionales y globales, siempre trabajando en estrecha colaboración con los equipos regionales. Esa sinergia es clave para nuestro éxito”.

CIG1
01/20/2025